Ubuntu 8.04: Actualización y cúmulo de paquetes

Estoy a punto de hacer algo poco recomendable: instalar una nueva release justo después de que esté disponible. ¿Y por qué no es recomendable? Como cualquier producto, las fases de pruebas no terminan cuando la organización hace los tests de calidad. Una vez está en el mercado, el gran público en general probablemente encontrará bastantes defectos que no fueron detectados en las fases de diseño y producción. ¿Quiere decir que el producto es malo? No necesariamente. Simplemente, cuando se testea el producto, es imposible (tiempo versus dinero) cubrir todos los casos de prueba.
Vamos al tema. Es algo poco recomendable, pero yo voy a hacerlo, con un simple propósito: me gusta actualizar mis conocimientos sobre cualquier tecnología, tanto por mi trabajo como por afición. Así es, que quiero saber cómo se comporta Ubuntu 8.04 lo antes posible. Para ello utilizo un pequeño servidor que tengo en casa. No es una máquina especialmente dedicada a producción y tiene backups regulares en múltiples fuentes.
Mi sorpresa al comenzar a actualizar Ubuntu desde la versión 7.10 a la 8.04, ha sido darme cuenta del cúmulo de paquetes que tiene instalada esta distribución en mi equipo, además de los que añadirá la actualización.

Se van a desinstalar 70 paquetes. Se van a instalar 141 paquetes
nuevos. Se van a actualizar 1241 paquetes.

Debe descargar un total de 1020M. Esta descarga tardará
aproximadamente 2 horas 35 minutos con su conexión actual.

Esta máquina, hace un tiempo, tenía instalada una Debian (a pelo) pero decidí pasar a Ubuntu por el buen soporte de esta distribución. Aunque instalé la versión base server con el entorno xfce, noto que cada vez que instalo cualquier nuevo paquete, intenta colarme demasiados extras. Por ejemplo, simplemente al instalar la base de KDE, tendremos un gran cúmulo de paquetes en nuestro sistema, que ¿realmente necesitamos?
Ya está bien que Ubuntu venga listo para empezar a utilizar después de instalarlo, pero las instalacions base pueden llegar a saturar al usuario, instalando aplicaciones que realmente no necesitará. Creo que volveré a Debian 🙂