El peso que un negocio concreto ofrezca al uso de las tecnologías de la información, en una medida correcta, puede concluir en una inversión sobre los recursos, una diferenciación respecto a los competidores, ambos (de la forma más inteligente) o ninguno (en el caso más fatídico) .
Me parecen especialmente acertadas dos ideas que expone Nicholas G. Carr:
- Lo que realmente hace un recurso estratégico (con ventaja sobre sus competidores) no es la potencia de las tecnologías de la información, sino tener o conseguir algo de lo que carecen los competidores.
- Es importante el modo particular de explotar las tecnologías y hacerlo en el momento adecuado.
Todo esto se resume en una valoración particular de cada negocio, en su más profunda identidad. La correcta utilización de los recursos y los avances que proporciona la tecnología, puede situar una empresa en posiciones privilegiadas. Tal como podemos adivinar, es muy importante el alineamiento entre tecnología y negocio.
Una forma inteligente de pensar en las mejoras que introducen las tecnologías de la información, sería desglosar los valores que aportan los recursos a cada entorno y el posicionamiento estratégico que posee cada empresa, traducido en sus herramientas particulares, conocimiento específico, y sobretodo, la mejora continua de sus procesos.