Las empresas del futuro

Esta noche estaba repasando los feeds y me he topado con un muy interesante debate entre Rodolfo Carpintier y Juan Domínguez sobre el futuro de las empresas

Aunque sigo con cierta fidelidad el blog de Rodolfo y en la mayoría de los casos estoy bastante de acuerdo con lo expone, en esta ocasión pienso 100% en sintonía con Juan. Siempre he dicho que la burbuja tecnológica no es solo un error del pasado, sino que simplemente se desinfló y conforme pasa el tiempo, vuelve a tomar fuerza. Así que ya podéis imaginar mi idea sobre el futuro de muchas empresas 2.0 y el valor actual de las mismas.

Creo que para intentar adivinar el futuro es importante tener en cuenta muchos otros factores, además de la naturaleza de la empresa. No debemos olvidar que cada vez es más estrecha la convergencia entre el modelo de mercado de España y otros históricamente más distantes. Es decir, cada vez estamos en un mercado más global y obviamente más capitalista. Las reglas empiezan a ser más similares para todos.

Aunque seamos optimistas, hay que pensar en el valor real de las cosas y todavía, desde mi humilde visión del mundo de la empresa, no he logrado entender el criterio utilizado a la hora de valorar muchas empresas que viven de la red (y no en la red). Ayer estaba cenando con unos amigos y charlamos sobre la omnipresente crisis. Yo insistí en que en España nos va a castigar mucho más que en la mayoría de paises de Europa: la immigración, el paro, el PIB, … pero sobretodo las empresas. Tenemos el turismo, la construcción y los servicios. Intento desgranar las empresas más rentables que me vienen a la mente y luego me paro a pensar en ejemplos concretos:

  • Tenemos constructoras que subcontratan 5 o 6 veces sus servicios. Y luego venden pisos a precio de oro.
  • Restaurantes que malpagan a empleados sin papeles. Pero cobran 5 euros por una cerveza o 30 euros por una paella rancia.
  • Consultoras que venden carne de programador junior como especialista en cualquier cosa. Facturan hasta 5 veces más el sueldo que éste recibe.

Que sí, que también tenemos buenas empresas y grandes empresarios. Pero tenemos el pequeño vicio de intentar trabajar lo mínimo y enriquecernos lo que no está escrito. ¿Cómo hacerlo? Especulando. ¿Y cómo concluye esta práctica con el paso de los años? En decadencia. Es por esto que me parece mucho más realista la visión de Juan sobre las empresas «vegetales».

¿Y tú cuál crees que es el futuro de las empresas que operan en Internet?

¿Internet en el bolsillo?

disco duro 1975La semana pasada asistí a la mesa redonda «Internet en el bolsillo» que organizó la Fundación UPC. Como ya sabéis, soy un forofo de esta clase de eventos, en los que mucho se aprende gracias a las multitud de diferentes ideas que saltan al aire. Y como no, Internet todavía es un mundo muy incompleto, donde se necesitan muchas ideas.

Como suele suceder en estos debates, pudimos contar con unos ponentes de excelencia:

  • Albert Calvet, Socio Consultor de CV&A Consulting;
  • Xavier Kirchner, Director de Prospectiva de Telefónica I+D;
  • Josep Fígols, Director para Cataluña de Sun Microsystems Ibérica;
  • Carles Grau, Director para Cataluña de Microsoft,
  • Xavier Orduña, recién licenciado en Ingeniería Superior en Informática, actualmente Director Técnico de Dexma Sensors, S.L.

La mesa fue moderada por Josep Casanovas, Vicerrector de Política Universitaria de la UPC.

La verdad es que tenía ganas de escuchar a Carlos Domingo (Director de Internet, Multimedia y Multilinguismo de Telefónica I+D), que había sido anunciado inicialmente como ponente, pero en su lugar acudió Xavier Kirchner, al que no debemos quitar mérito. Y digo esto por haber tenido la oportunidad de escuchar a Xavier Kirchner en varias ponencias; es un placer. Con un estilo muy directo, es capaz de transmitir ideas complejas utilizando una comunicación muy simple que acerca a los oyentes. Siempre he admirado la gente que sabe moverse entre varios ámbitos -en este caso empresa y sociedad- sin miedo a mezclarse con los usuarios.

Creo que en esta ocasión podemos trasladar los atributos expuestos para Xavier al resto de ponentes. Un debate muy tranquilo, con ideas muy diferentes enlazadas entre ellas y un modo de comunicación muy cercano a los oyentes. En definitiva, fue una de estas charlas en las que se enseñan cosas; diferente de otras muy típicas en las que se hace mera publicidad y/o ataques entre entidades.

A lo que vamos, el tema de debate, «Internet en el bolsillo». A continuación intentaré resumir algunos de los puntos que se trataron y que me han parecido muy interesantes:

Usabilidad

El eterno enigma y el mayor reto de las empresas: ¿Cómo conseguir un dispositivo que cuente con una buena usabilidad? Cuando hablo de usabilidad no me refiero únicamente a que sea fácil y cómodo de utilizar. Además, debemos plantearnos cuestiones básicas que hagan referencia al uso explícito del dispositivo. ¿Tenemos un teléfono que sirve también para navegar por Internet o tenemos un ordenador con el que podemos utilizar funciones de telefonía?. Hablemos de conceptos y entendamos qué función debe cumplir este aparato que llevará Internet a nuestro bolsillo.

Durante el debate se lanzó una idea muy interesante: «El móvil no sustituye a Internet; da otros servicios adicionales«. ¿No os parece una conclusión muy interesante que refleja el cambio de estrategia en las empresas que desarrollan productos y servicios para el móvil? Esta frase me recordó en gran medida el debate sobre TV en movilidad con tecnología DVB-H en el que Nokia aseguró que los teléfonos móviles substituirán progresivamente nuestras TV convencionales, aun cuando estemos en casa. Yo sigo preguntándome porqué iba a ver la televisión en una pantalla pequeña, que tengo que aguantar constantemente y que cuenta con una autonomía limitada. Y en el caso de Internet podemos plantearnos un modelo muy similar: ¿Por qué vamos a navegar con una pantalla pequeña y un dispositivo de entrada (teclado) limitado? Si Internet tal como la conocemos no funciona en un dispositivo móvil, tenemos dos opciones: damos otros servicios o reinventamos Internet. Esto último creo que nos queda más lejos.

Cuando hablamos de usabilidad no debemos olvidarnos de la estandarización. Hay muy pocos motivos para utilizar modelos diferentes y muchos para aunarlos en sistemas comunes, por los costes de desarrollo, y especialmente, por la experiencia de usuario. Si podemos proponer una interfaz común a todos los dispositivos, o al menos similar, los clientes no van a tener que aprender en cada nuevo avance de la tecnología, simplemente asimilarán una ampliación de su entorno.

Convergencia

Pensando en convergencia, estamos obligados a atacar esta cuestión desde diferentes perspectivas, que mucho tienen que decir sobre dónde estamos y a dónde vamos.

Sobre la sociedad de la información, sabemos que estamos avanzando a un ritmo vertiginoso en la implantación y asimilación de las tecnologías de la información. Las nuevas generaciones nacen con una videoconsola bajo el brazo (prácticamente no es un caso metafórico) y los propios entornos empresariales y sociales nos exigen avanzar rápidamente en el entendimiento de la tecnología. Ahora bien, no debemos confundir esta predisposición a los nuevos gadgets con la implantación de tecnologías para usuarios avanzados. Volvemos al inicio de la computación y leemos en alto «los ordenadores deben facilitarnos las cosas y no ponerlas más difíciles». Y es que no es racional proveer al público en general de dispositivos en los que deban seleccionar una IP manual o automática. Un usuario cualquiera (que no friki ni tecnólogo) debería poder abstraerse totalmente de la capa técnica y poder utilizar su dispositivo para producir desde el primer momento.

Si seguimos pensando en convergencia, y ahora lo hacemos en relación al mundo profesional y doméstico, no podemos olvidar la gran brecha tecnológica que separa a ambos mundos. Y es que obviamente no podemos sugerir trasladar la explotación de sistemas de la información de una gran multinacional al domicilio de un cualquier usuario. Pero sí podemos -y debemos- acercarlos. Yo quiero leer el correo en mi dispositivo móvil y también en mi ordenador personal, pero no quiero que esto me obligue a sincronizar mis cuentas, redirigir mis mensajes o limitarme a tecnologías push que me aten a un proveedor concreto. Conformémonos con no disponer de servidores exchange para enviar cadenas en correos a nuestros amiguetes, pero al menos deberíamos poder contar con un servicio de conectividad permantene, estable y asequible.

Desarrollo

Probablemente esta sea la área donde más se ha apostado hasta ahora. Y quizás este ha sido el error. Podemos lanzar casi cualquier aplicación al ciberespacio pero no podemos poner cualquier invento en el gadget de nuestro bolsillo. Apuntalemos conceptos.

Como en cualquier lucha feroz por ser pioneros en la puesta en marcha de tecnologías, a todo el mundo le interesa crear sus estándares y convertirse en el proveedor estrella de tecnología o servicios. Esto antes funcionaba muy bien. Había pocos competidores, y cuanto menos, eran poco agresivos. Hoy Telefónica puede desarrollar su framework pero también pueden hacerlo Pepe, Françla;ois o Akira en sus respectivas casas. Empresas como Vodafone proponen comunidades libres (hasta cierto punto) pero sigue existiendo una feroz lucha por ser el primero, que únicamente perjudica a la maduración de la tecnología, retrasando todavía más su gestación.

En este caso, vamos a dar un punto positivo al anillo de colaboraciones/prosperidad que han arrancado el anillo de proveedores de servicios, infraestructuras y fabricantes en España. ¿También hay sitio para el OpenSource? ¿Cuál es el ROI tras liberar la tecnología?

Modelo de negocio

Si Bernardo Hernández hubiese estado en la charla, probablemente hubiese dicho algo así como «Primero desarrollemos algo bueno que cubra las necesidades de los usuarios y luego ya encontraremos el modo de hacerlo rentable». !Ojo! Que no es un mal planteamiento, pero a ver quién apuesta fuertemente por invertir sin tener claro el modo de rentabilizarlo, y más después de los fiascos históricos al implementar nuevas tecnologías de comunicación.

Por lo pronto, ya tenemos algunas pistas. Sabemos que el modelo viral funciona de maravilla, que el pago por servicios se utiliza cuando se acota su consumo y que cada vez invertimos más en ocio.

Todavía no está muy claro por qué servicios se puede cobrar y como tarificarlos, pero una cosa es segura, necesitamos contar con el componente social y sus costumbres. En Estados Unidos los jóvenes no vacilan en pagar cuotas mensuales para utilizar servicios de mensajería instantánea y añadidos (por ejemplo AOL). En España solo algunas empresas apuestan por invertir capital en maximizar la producción apostando por las tecnologías de comunicación en tiempo real.

Evolución

Todavía estamos en fases muy tempranas de engendrar un ente que satisfaga mínimamente las necesidades de los usuarios. Obviamente los dispositivos actuales están muy lejos de conseguirlo. Quizás podemos pensar en fuertes apuestas -y esto es solo mi percepción- para aquellos que desarrollan soluciones completas o que lo hacen mediante fuertes estrategias de alianzas: Hardware iPhone + Software iPhone + SDK + AT&T

Podemos intentar imaginar hasta dónde podemos llegar, pero lo realmente importante es saber dónde estamos ahora mismo. Estamos aprendiendo y todo nos sorprende porqué lo desconocemos. Alguien en el debate afirmó: «cuanto más conozcamos sobre este mundo, más limitaciones encontraremos». Sin olvidar que todavía tenemos muchas cuestiones pendientes: cómo vamos a manejar la privacidad, de qué modo gestionaremos/filtraremos tanto conocimiento en dispositivos limitados, …

¿Y tú, te atreves a hacer alguna apuesta?

El futuro de los buscadores

Dando un vistazo al artículo de Ismael sobre las predicciones de Wikia, me he parado a reflexionar sobre el presente y futuro de los buscadores. Existe mucha información en la red. ¿Demasiada? Seguramente sí. Hay que destilar el contenido bueno de la mera publicidad, información pobre, inexacta o incluso falsa. Ningún problema, siempre podemos seguir el manual de buenas prácticas para encontrar rápidamente aquello que buscamos.

Sin desmerecer la valiosa información que proporcionan los buscadores, y mucho menos las aportaciones individuales para crear un sistema de búsquedas basado en valores sociales, opino que el modo de presentar la información de la red debe converger hacia otros extremos.

Los algoritmos de búsqueda basados en la «importancia» de las páginas son superfluos; ¿importante para quién? ¿porqué tiene muchos enlaces? Yo quiero información útil, fiable y bien presentada. No me importa cuántas páginas la enlacen. Por otro lado, la ponderación de resultados mediante la valoración de los usuarios puede resultar demasiado emocional, déjando de lado la vertiente filosófica de la racionalidad. ¿Estamos listos los usuarios para valorar una página por la calidad de sus contenidos? ¿o todavía nos dejamos impresionar por diseños bonitos, popularidad y menús animados?

Yo apostaría por las redes neurales artificiales; se liberan, aprenden, mejoran y se expanden. ¿Qué mejor que extrapolar algo únicamente cuando funciona bien?