Alguien dijo: «El arma más poderosa del mundo es la información».
Dando un paso atrás en la evolución de las empresas podemos afirmar que los modelos de gestión de negocio han cambiado. No solo han cambiado éstos, sino que además ello ha hecho que los consumidores adoptemos posturas muy diferentes al pasado; en la ética del consumo, las necesidades vitales se han ampliado y cubren otros segmentos. Conocer a los consumidores es un gran arma estratégica en la que se asientan los pilares de la mayoría de empresas.
Si además pensamos en los modelos de gestión actuales, y especialmente en la empresa-red, el conocimiento no se posiciona únicamente como una herramienta estratégica, sino que además resulta un componente clave para las empresas. Las empresas han convergido rápidamente hacia nuevos modelos de gestión.
Si nos remitimos a varias de las principales características de la empresa-red, donde se presupone que los diferentes componentes involucrados en un grupo o sección no forman parte de una jerarquía cerrada, si no de un grupo de intercambio de realciones, o bien defendemos la idea de que los núcleos cuentan con un nivel de conocimiento único y concreto en relación al escenario donde se encuentran, podemos afirmar sin dudas que el conocimiento es uno de los valores estratégicos más importantes.
Actualmente está muy de moda el concepto «Know-How», y no es para menos. La Wikipedia lo define como «la habilidad con que cuenta una organización para desarrollar sus funciones, tanto productivas como de servicios». Desde el punto de vista del negocio, resulta patente la importancia del conocimiento en la toma de decisiones y mejora de procesos, así como el aumento de la capacidad de reacción y posición competitiva frente a otras empresas.