Las cadenas de correos representan uno de los fenómenos sociales más impactantes de la red durante los últimos años. Se trata de mensajes de correo electrónico reenviados a diferentes destinatarios, llegando a recorrer extensas áreas geográficas y afectando a millones de usuarios.
Dentro del ámbito corporativo, el resultado se traduce en pérdidas millonarias -ahora veremos porqué- y para el usuario doméstico esta práctica supone la molesta recepción de muchos correos no deseados.
¿Cómo empieza una cadena de correos?
Un usuario recibe un correo con un motivo aparentemente solidario o de gran afección social, que debe reenviar para contribuir a una buena causa. Por ejemplo, por cada correo reenviado un niño del tercer mundo recibirá 1 céntimo y el dinero recaudado servirá para realizar una operación que le salvará la vida. En otros casos se utilizan reclamos de interés general para incitar al usuario a reenviar el mensaje: si no reenvía el mensaje, su cuenta de MSN dejará de estar operativa.
¿Para qué sirven realmente las cadenas?
El principal cometido de las cadenas de correos es conseguir una gran cantidad de correos electrónicos de usuarios para posteriormente enviar publicidad no solicitada, virus o pornografía.
¿Cómo funcionan las cadenas de correos?
Cada vez que se reenvía un correo a varios usuarios, sus direcciones quedan almacenadas en el mensaje, de manera que éstas aumentan exponencialmente y una vez el mensaje vuelve a su origen, el emisor puede recolectar millones de direcciones de correo electrónico.
Veamos un ejemplo: Un individuo tiene interés en enviar publicidad masiva sobre un producto farmacéutico, programas piratas o cualquier otro artículo de dudosa procedencia o poco atractivo para el público en general. Esta persona envía un mensaje manipulador y con denotaciones sentimentales a 20 usuarios. Éstos al «colaborar» con la causa solidaria reenvían el correo a sus contactos (por ejemplo, 20 amigos). Hasta aquí tenemos 20 x 20 = 400 usuarios. Sigamos esta cadena:
20 x 20 = 400
400 x 20 = 8000
8000 x 20 = 160000
…
Esto es lo que se conoce como efecto piramidal, dónde los resultados son exponenciales. Teniendo en cuenta que nuestro entorno social nos une en nexos de relaciones más o menos próximas, apliquemos el significado de relación a Internet, donde las comunicaciones son increiblemente rápidas y sencillas. De igual modo que en muchas ocasiones nos topamos con casuales como que nuestro vecino es amigo del primo de un familiar nuestro, en internet los nexos suceden de igual manera, pero a una velocidad y volumen mucho mayor. De este modo, el mensaje siempre vuelve al emisor en algún momento, conteniendo millones de direcciones de correo electrónico de otras personas.
La persona que inicio la cadena ya dispone de un gran número de direcciones a las que enviar correo no deseado.
¿Qué puedo hacer para contribuir a frenar las cadenas?
En primer lugar, no continuar las cadenas con motivos poco coherentes: Bill Gates no regala dinero por enviar correos ni MSN dejará de ser gratuito si no reenvías un mensaje.
En segundo lugar, si aun así quieres reenviar el mensaje, hazlo eliminando los correos anteriores del cuerpo del mensaje e incluyendo los destinatarios en el campo de copia oculta (CCO). De este modo, nadie podrá utilizar estas direcciones.
¿Cuál es el resultado de las cadenas?
Envío masivo de virus, pornografía y publicidad no deseada. Una empresa de tamaño medio puede llegar a recibir miles de correos basura cada día, lo que se traduce en la saturación de los equipos de red y un elevado coste de procesado. Para un usuario doméstico el impacto es menor y simplemente se verá afectado por algunos correos publicitarios molestos y el reenvío de cadenas de sus contactos.
¿Debería reenviarlo por si acaso?
Este es el principal motivo por el que los usuarios finalmente reenvían los correos. Seguramente el secuestro de un niño, la colocación de explosivos en teléfonos celulares o la existencia de una banda que mata a la gente que conduce con las luces encendidas sean bulos, pero debido al contenido sensacionalista y/o emotivo del mensaje finalmente los mensajes son reenviados «por si acaso».
Pensad que los cuerpos de seguridad disponen de medios universales (al alcance de todos los usuarios, no solo internautas) para transmitir estas informaciones sin manipulaciones y alteraciones.