Esta mañana leía el artículo de noticias-tic.com sobre el uso coherente de la tecnología RFID. Se trata de una reflexión sobre la privacidad en el uso de los sistemas de idenfiticación por radiofrecuencia.
Uno de los aspectos más interesantes del texto es la percepción de que existe una creciente tendencia de implementar tecnología a toda costa; el mito de que los perfiles técnicos siempre quieren apuntalar cualquier tecnología por el simple echo de ponerla en funcionamiento.
En la actualidad, y seguramente desde hace ya mucho tiempo, nuestras vidas están totalmente digitalizadas. Algunas muestras (¿especulaciones?):
- Cada vez que compramos con una tarjeta de puntos nuestro historial de consumo pasa a la base de datos del establecimiento, e incluso se cede a otras empresas: RRHH, …
- Arrancamos el ordenador, ponemos en marcha un Firewall/filtro (yo uso LittleSnitch) y vemos como prácticamente todas las aplicaciones intentan enviar nuestros datos a sus respectivos fabricantes.
- Nos suscribimos a alguna revista/medio y otras 100 empresas asociadas nos envian publicidad. Aquí tengo un buen ejempo: Por alguna razón en el registro de mi ciudad estaba dado de alta como chica (quizás por mi nombre…), mucha de la publicidad que llegaba a mi domicilio iba con destino a «Sra. Tedi Roca …». Desde que corregí el dato no me ha vuelto a llegar publicidad con mención de señora…
- Nuestra dirección de correo circula por millones de listas de spam.
¿Más ejemplos?