Crowdsourcing

La segunda mitad del siglo XX fue la de las masas pasivas y uniformes, y ahora parece que empiezan tomarse la revancha.

La revolución de Internet es la de la participación. El usuario es parte activa de los procesos de creación y producción del nuevo milenio. En un mundo donde desaparcen las tradicionales separaciones entre el aficionado y el profesional, surge el valor  añadido de contar con la opinión anónima de los grupos.

Es la hora del «crowsourcing», un nuevo fenómeno que explica por qué grandes empresas recaban la participación de sus clientes en la concepción de nuevos productos o por qué promueven sitios web donde todos puedan opinar. El mundo del turismo es particularmente sensible al «crowsourcing». Sin desmerecer la crítica profesional o las clásicas guías de viajes, un número creciente de turistas consulta las opiniones de viajeros desconocidos antes de tomar una decisión.

Una comunicación más directa y sincera que se refleja en nuevas campañas como las de viajes Barceló. Servicios como por ejemplo Nowpublic, de Canadá, compiten seriamente con agencias tradicionales de noticias a la hora de suministrar información. Y no hablemos ya de redes sociales  colaborativas como la Wikipedia.

Adios a los expertos de fuera, («outsourcing») y a los genios de dentro de la empresa («insourcing»). Ahora la fuerza está en la masa.

Publicado en: magazinedigital.com