Alineación de tecnología y objetivos de negocio

La integración entre tecnología y negocio es un factor clave para la competitividad de las empresas. Es decir, la tecnología aplicada al ámbito empresarial carece de sentido si no se considera como una herramienta integrada en los procesos de la empresa. Las empresas deben adoptar, por tanto, una política innovadora, donde la tecnología juegue un papel estratégico en el diseño de los modelos de negocio, para convertirse en entidades competitivas, ágiles y eficaces. De esta forma, deben transformarse en organizaciones “bajo demanda”, capaces de reaccionar y poder adaptarse ante cualquier cambio interno o de su entorno competitivo.

Las empresas necesitan dotarse de nuevas capacidades y atributos, significativamente distintos a los que caracterizaban a las empresas tradicionales.

La tecnología aplicada al ámbito empresarial carece de sentido si no se considera como una herramienta integrada en los procesos de la empresa. Negocio y tecnología son las mismas cosas. Hablar de tecnología en estos momentos es, de hecho, hablar de cambio y transformación. En la historia del sector tecnológico y de su aportación a las empresas podían distinguirse, hasta ahora, tres grandes etapas:

  1. La primera, iniciada en la década de los 60, nace con la aparición del gran ordenador central, el “mainframe” y el comienzo de la introducción de las tecnologías de la información en la empresa, como herramienta de automatización de sus procesos administrativos. En esta etapa, las empresas automatizan sus procesos de contabilidad, sus procesos de nóminas, sus procesos de facturación.Y eso generó un valor enorme, pero no estratégico.
  2. Luego, en la década de los 80, asistimos a la segunda gran era del sector de las tecnologías de la información, con la irrupción del ordenador personal, del PC. Con esta nueva herramienta, las empresas consiguen evidentes mejoras de productividad personal y departamental. Pero aún las tecnologías de la información seguían sin provocar en las empresas ningún replanteamiento profundo en su modo de actuar y pensar,  sigue sin ser estratégico.
  3. Actualmente estamos en una nueva etapa en la que integrar negocio y tecnología es el fin de las empresas. Pero esta etapa no es nada fácil y los factores de riesgo encontrados para llegar a un buen punto también son importantes.
Nos encontramos con los siguientes riesgos:
  • La escasa presencia de tecnología de información (TI) o su empleo indiscriminado pueden ser factores de riesgo para las empresas.
  • Objetivos informáticos ajenos a la naturaleza del negocio.
  • Una planificación incompleta.
  • “Ruido” en la comunicación entre el área de informática y los usuarios internos de la tecnología.
  • Al igual que al departamento financiero ya no se le mide por su eficacia llevando la contabilidad, que se da por hecho, sino por su correcta administración y planificación financiera o al igual que al departamento de recursos humanos no se le mide por pagar las nóminas a tiempo, sino por realizar una correcta gestión de personal, mediante selección, formación y motivación, lo mismo ocurre con el departamento de IT. Hasta ahora el departamento de IT era un pozo sin fondo de gastos para la compañía, donde la alta dirección tenía miedo de mirar, bien por ignorancia, bien por dejadez.
  • Falta de formación en los directivos en las áreas de negocio, y por tanto falta de implicación en las organizaciones.

Pero los tiempos han cambiado, la alta dirección es cada vez más consciente de la importancia que una buena gestión de la infraestructura tecnológica tiene para la organización. Además la formación en IT de los directivos cada vez es mayor y precisan tener un mayor control sobre las decisiones que afectan a sus departamentos.

Este proceso de alineación de la infraestructura tecnológica con los procesos de negocio pasa por un cambio a nivel de organización (cultura, liderazgo,…), procesos y tecnología (integración, análisis, visualización, automatización,…).  Son puntos a tener en cuenta como posible factores de riesgo a ir tratando.

Probablemente sea la tecnología la parte más sencilla ya que en el mercado existen multitud de soluciones de diversos fabricantes orientadas a este cometido, sin embargo el cambio organizacional y el cambio en los procesos establecidos no son puntos sencillos y requieren de un cambio gradual.

El conocimiento como factor estratégico

Alguien dijo: “El arma más poderosa del mundo es la información”.

Dando un paso atrás en la evolución de las empresas podemos afirmar que los modelos de gestión de negocio han cambiado. No solo han cambiado éstos, sino que además ello ha hecho que los consumidores adoptemos posturas muy diferentes al pasado; en la ética del consumo, las necesidades vitales se han ampliado y cubren otros segmentos. Conocer a los consumidores es un gran arma estratégica en la que se asientan los pilares de la mayoría de empresas.

Si además pensamos en los modelos de gestión actuales, y especialmente en la empresa-red, el conocimiento no se posiciona únicamente como una herramienta estratégica, sino que además resulta un componente clave para las empresas. Las empresas han convergido rápidamente hacia nuevos modelos de gestión.

Si nos remitimos a varias de las principales características de la empresa-red, donde se presupone que los diferentes componentes involucrados en un grupo o sección no forman parte de una jerarquía cerrada, si no de un grupo de intercambio de realciones, o bien defendemos la idea de que los núcleos cuentan con un nivel de conocimiento único y concreto en relación al escenario donde se encuentran, podemos afirmar sin dudas que el conocimiento es uno de los valores estratégicos más importantes.

Actualmente está muy de moda el concepto “Know-How”, y no es para menos. La Wikipedia lo define como “la habilidad con que cuenta una organización para desarrollar sus funciones, tanto productivas como de servicios”. Desde el punto de vista del negocio, resulta patente la importancia del conocimiento en la toma de decisiones y mejora de procesos, así como el aumento de la capacidad de reacción y posición competitiva frente a otras empresas.

Alineación entre TICs y objetivos de negocio

Desde el punto de vista del negocio, resulta patente la importante penetración de los Sistemas de Información en la toma de decisiones y mejora de procesos, así como el aumento de la capacidad de reacción y posición competitiva frente a otras empresas. Entonces, podemos asentir sin ningún tipo de vacilación sobre la creciente necesidad de que exista un fuerte alineamiento estratégico entre la tecnología y los objetivos de negocio.

Para entender mejor el fuerte nexo que precisan ambas partes -negocio y TIC-  probablemente deberíamos considerar las tecnologías como una herramienta estratégica,  y no únicamente como un recurso material y tangible, tal como la electricidad o el agua.

En este escrito se busca proporcionar una visión más cercana de los factores que facilitan o dificultan la alineación entre tecnología y objetivos de negocio.

Dado que desde el punto de vista de una organización podemos considerar los factores como potenciadores o disuasores del alineamiento estratégico entre tecnología y objetivos de negocio -siempre dependiendo de su nivel de asimilación y aplicación- a continuación se presentan algunos puntos claves para la integración negocio-TIC.

  • Problemas de comunicación y entendimiento entre el Departamento de SI/TI y el resto de áreas de la empresa. Se debe poder transmitir el nivel de impacto desde/hacía otros departamentos, así como las ventajas que las tecnologías pueden proporcionar, tratando siempre en conjunto la empresa como una ente con objetivos comunes. Para ello, el CIO y las personas de su departamento utilizaran un lenguaje comprensible para otros departamentos. Del mismo modo, es imprescindible que éstos conozcan los términos empleados en otros ámbitos de la empresa, por ejemplo, los contables.
  • Estrategias  y visión diferentes sobre el negocio y las TIC. Alineamiento estratégico.  En  muchos casos no se transmiten y/o interpretan correctamente los objetivos de negocio y la visión estructurada de las metas de la organización. Podríamos afirmar que el Departamento de SI/TI posee una visión estrictamente técnica de las metas de negocio y puede llegar a basar la toma de decisiones en pilares económicos y tecnológicos, pero no de negocio.
  • Utilización de las tecnologías como un recurso tangible -o facility- y no como un elemento estratégico. Típicamente se toman las TIC como un bien material y el conjunto de dispositivos únicamente como un recurso tangible, tal como podría ser una escalera mecánica o la iluminación de una sala. Para asimilar el potencial absoluto que proporcionan las nuevas tecnologías al servicio de la empresa, éstas deben considerarse como una herramienta de estratégica y un conjunto de elementos de gestión y procesos.
  • Involucración de las diferentes áreas de la empresa y actores en las TIC. Partiendo de la primordial necesidad de que la Dirección apueste por los Sistemas de Información de la empresa y dedique los esfuerzos necesarios, -tanto económicos como en fuerza humana- la organización en su totalidad debe participar íntegramente de la utilización de sus recursos tecnológicos. Precisamos de una comprensión global de su potencial y una total asimilación del flujo de procesos que ello representa, así como una aceptación de los empleados. Esto implica que los diferentes actores reciban la formación adecuada y la utilización de los recursos suponga una ejecución cómoda de sus tareas diarias.
  • Financiación de las TIC. Éstas resultan uno de los elementos con mayor coste para la empresa, tanto por el capital a invertir en dispositivos y elementos necesarios para el despliegue del SI, como por la dedicación de capital humano involucrado en el desarrollo y mantenimiento de la tecnología empleada en el desarrollo de negocio. Por otro lado, existe la errónea creencia de que invertir en Tecnologías de la Información significa solventar cualquier problema. El ROI y la necesidad de capital humano deben tenerse presentes en todo momento.
  • Las Tecnologías de la Información repercuten directamente en el negocio. Es necesario comprender que -como en cualquier otra área- las decisiones y actuaciones llevadas a cabo por el Departamento de SI/TI tienen un reflejo, más o menos directo, en el resto de áreas de negocio. Como hemos visto, asimilar las necesidades de negocio es  una de las principales necesidades, y sin embargo, también se debe contemplar el efecto contrario: una mala planificación o decisión errónea repercute negativamente sobre el negocio.

Factores alineación estratégica entre TIC y negocio

Desde el punto de vista del negocio, resulta patente la importante penetración de los Sistemas de Información en la toma de decisiones y mejora de procesos, así como el aumento de la capacidad de reacción y posición competitiva frente a otras empresas. Entonces, podemos asentir sin ningún tipo de vacilación sobre la creciente necesidad de que exista un fuerte alineamiento estratégico entre la tecnología y los objetivos de negocio.

Para entender mejor el fuerte nexo que precisan ambas partes -negocio y TIC-  probablemente deberíamos considerar las tecnologías como una herramienta estratégica,  y no únicamente como un recurso material y tangible, tal como la electricidad o el agua.

En este escrito se busca proporcionar una visión más cercana de los factores que facilitan o dificultan la alineación entre tecnología y objetivos de negocio.

Dado que desde el punto de vista de una organización podemos considerar los factores como potenciadores o disuasores del alineamiento estratégico entre tecnología y objetivos de negocio -siempre dependiendo de su nivel de asimilación y aplicación- a continuación se presentan algunos puntos claves para la integración negocio-TIC.

  • Problemas de comunicación y entendimiento entre el Departamento de SI/TI y el resto de áreas de la empresa. Se debe poder transmitir el nivel de impacto desde/hacía otros departamentos, así como las ventajas que las tecnologías pueden proporcionar, tratando siempre en conjunto la empresa como una ente con objetivos comunes. Para ello, el CIO y las personas de su departamento utilizaran un lenguaje comprensible para otros departamentos. Del mismo modo, es imprescindible que éstos conozcan los términos empleados en otros ámbitos de la empresa, por ejemplo, los contables.
  • Estrategias  y visión diferentes sobre el negocio y las TIC. Alineamiento estratégico.  En  muchos casos no se transmiten y/o interpretan correctamente los objetivos de negocio y la visión estructurada de las metas de la organización. Podríamos afirmar que el Departamento de SI/TI posee una visión estrictamente técnica de las metas de negocio y puede llegar a basar la toma de decisiones en pilares económicos y tecnológicos, pero no de negocio.
  • Utilización de las tecnologías como un recurso tangible -o facility- y no como un elemento estratégico. Típicamente se toman las TIC como un bien material y el conjunto de dispositivos únicamente como un recurso tangible, tal como podría ser una escalera mecánica o la iluminación de una sala. Para asimilar el potencial absoluto que proporcionan las nuevas tecnologías al servicio de la empresa, éstas deben considerarse como una herramienta de estratégica y un conjunto de elementos de gestión y procesos.
  • Involucración de las diferentes áreas de la empresa y actores en las TIC. Partiendo de la primordial necesidad de que la Dirección apueste por los Sistemas de Información de la empresa y dedique los esfuerzos necesarios, -tanto económicos como en fuerza humana- la organización en su totalidad debe participar íntegramente de la utilización de sus recursos tecnológicos. Precisamos de una comprensión global de su potencial y una total asimilación del flujo de procesos que ello representa, así como una aceptación de los empleados. Esto implica que los diferentes actores reciban la formación adecuada y la utilización de los recursos suponga una ejecución cómoda de sus tareas diarias.
  • Financiación de las TIC. Éstas resultan uno de los elementos con mayor coste para la empresa, tanto por el capital a invertir en dispositivos y elementos necesarios para el despliegue del SI, como por la dedicación de capital humano involucrado en el desarrollo y mantenimiento de la tecnología empleada en el desarrollo de negocio. Por otro lado, existe la errónea creencia de que invertir en Tecnologías de la Información significa solventar cualquier problema. El ROI y la necesidad de capital humano deben tenerse presentes en todo momento.
  • Las Tecnologías de la Información repercuten directamente en el negocio. Es necesario comprender que -como en cualquier otra área- las decisiones y actuaciones llevadas a cabo por el Departamento de SI/TI tienen un reflejo, más o menos directo, en el resto de áreas de negocio. Como hemos visto, asimilar las necesidades de negocio es  una de las principales necesidades, y sin embargo, también se debe contemplar el efecto contrario: una mala planificación o decisión errónea repercute negativamente sobre el negocio.

Factores de éxito en organizaciones TIC

El modelo organizativo actual es extremadamente dinámico. Podemos ver como las corporaciones convergen hacia nuevas estrategias y modelos de gestión, por lo que prácticas antiguas resultan obsoletas en muchos ámbitos. Conviene consolidar la estrategia particular, siguiendo algunos indicadores.
  • Modelo de negocio: ¿Qué somos como empresa, cuáles son nuestros valores y objetivos?
  • Estrategia: En un escenario tan cambiante como el actual es necesario tener bien clara la estrategia y ofrecer una postura dinámica para satisfacer los cambios en los requerimientos.
  • Cadena de valor: Saber identificar los activos o módulos de nuestra empresa que resulten adecuados para seguir la filosofía de negocio.
  • Conocer el entorno y los factores externos a la organización: Posicionamiento respecto a la competencia, movimientos de mercado, tendencias, …
  • Adaptación al cambio: Quizás uno de los factores más importantes en la actualidad, donde los modelos de negocio se encuentran en constante transición. Podemos ver un completo ejemplo en la historia de IBM.
  • Identidad de empresa: Implantar una cultura organizativa, conseguir que los empleados se sientan identificados con la organización

Si además queremos adaptar estos indicadores a las TIC, deberemos contar con:

  • Amplio background y conocimiento de las tecnologías: Visión dinámica y precisa sobre las tecnologías actuales, así como un importante respaldo del resto de órganos directivos en la organización.
  • Estrategia sobre las TIC: Saber adaptarse a las nuevas tecnologías y adoptar el posicionamiento correcto en cada momento sobre los movimientos del mercado.
  • Cultura y sociedad: Establecer vínculos de reacción y posicionamiento respecto a la sociedad de la información y su influencia en las personas.

No existe el perfil de director idóneo para una organización, y mucho menos para una orientada a las TIC. Sabemos que nos encontramos en una era de cambios continuos, donde la filosofía de cada organización condiciona especialmente su subsistencia, específicamente en un mundo tan cambiante como el de las tecnologías de la información. Así pues, el director ideal será aquel que sepa adaptar su propia conducta y valores a la organización, siendo ésta una prolongación de sus valores e identidad.

Sobre el modelo de organización ideal para las TIC:

  • Orientada al conocimiento
  • Con un estructura en red no jerárquica donde cada empleado es un nodo y se define por el conocimiento que aporta y no por su situación en la jerarquía de la empresa.
  • Orientada a la comunicación.
  • El empleado está alineado con la empresa y forman un frente común.
  • El empleado tiene libertad de decisión en su trabajo.
  • Flexibilidad de la organización. Donde un empleado podrá realizar roles diferentes según la situación o proyecto.
  • Organización digitalizada. Uso intenso de las TIC.

La visión global sobre la organización se transmite sobre las aportaciones y valores de la Dirección y el resto de empleados como una prolongación alineada de ésta, siendo los diferentes órganos o módulos, núcleos de conocimientos y experiencia independientes.