Esta semana The New York Times publica un artículo muy interesantes sobre la nueva burbuja tecnológica, recordando la crisis en la estampida de las «.com».
El artículo, titulado «Silicon Valley Start-Ups Awash in Dollars, Again», lanza un interesante contraste: Facebook, valorado por los inversores con un precio de 15 billones de dólares, cerca de la mitad del valor de Yahoo , una empresa con 38 veces más empleados y 32 veces más ingresos.
[…] investors, having seemingly forgotten the pain of the first dot-com
bust, are displaying symptoms of the disorder known as irrational
exuberance.
Otro caso similar, es el del omnipresente Google , cuyo negocio está valorado por encima de IBM , aún teniendo 8 veces menos ingresos.
La revsita «Informacions» de la Universitat Politècnica de Catalunya publica en su edición número 200 un articulo muy interesante, titulado «Hoja de ruta para emprendedores politécnicos». Lo primero que me viene a la mente són la multitud de ocasiones en las que tiempo atrás había debatido con compañeros la posiblidad de formar una startup; el objetivo de negocio nunca era claro, financiacion escasa, cartera de clientes inexistente y plan de negocio disperso. Y no es que me guste buscar el punto negativo de todo, pero hay que ser realistas y tener una clara visión del desarrollo de negocio a unos pocos años vista.
Al margen de mis manias, la revista publica una pequeña guía sobre los pasos a seguir para montar una empresa de emperndedores politécnicos:
- Analizar la idea de negocio.
- Proteger la propiedad de la invención.
- Crear una empresa.
- Buscar financiamiento.
- Elegir una forma jurídica.
- Disponer de un espacio físico para desarrollar la actividad.
- Tener competencias emprendedoras.
Algo que me ha llamado la atención és que la aquisición de competencias emprendedoras en el último hito. ¿Cómo vamos a emepzar a emprender si no sabemos hacerlo? Esto contrasta con la visión de negocio en los perfiles técnicos , y particularmenet con la idea de que muchos emprendedores se agarran a lo púramente técnico para lanzarse al mundo de la empresa. «¡Esta tecnología es la leche, todo el mundo querrá comprar mi invento!» ¿Hemos parado a pensar cuál será el público objetivo del «invento»? Quizás muy poca gente comparta la pasión o necesidad de esa tecnología. ¿Quién nos va a financiar? ¿Y la cartera de clientes?
¿Todavía hay alguien que no piense en la gran cantidad de empresas que venden humo y se estrellarán de un momento a otro? Por desgracia, cada dia más, se asocia el concepto Web 2.0 a muchos de estos portales.