Seguramente el primer punto es que seguimos al resto de Europa desde lejos; se adoptan modelos de negocio basados en otros mercados, con una maduración en el ámbito tecnológico muy diferente a la nuestra.
El siguiente condicionante tiene mucho que ver con los roles y estrategias dentro de las organizaciones. En muchos casos, las costumbres y procesos dentro de las empresas no se adaptan a los nuevos tiempos. La tecnología es un a herramienta estratégica, y como tal, requiere de un alineamiento con la totalidad del negocio.
Muy a menudo pecamos considerando las Tecnologías de la Información como algo simple y puramente técnico, olvidando su potencial. Por supuesto, para extraer todo su jugo necesitamos personas que hablen el mismo lenguaje en diferentes ámbitos. ¿Qué sucede habitualmente cuando juntamos en una reunión a un informático, un economista y una persona de recursos humanos? Cada uno piensa que los asuntos de otras áreas no son cosa suya, y en el peor de los casos, tendrán problemas para entender los conceptos.
Si queremos alcanzar el tren de la evolución tecnológica e innovación en el resto de Europa, deberíamos de ser capaces de contar un nivel de convergencia excelente. Quizás deberíamos pensar en perfiles corporativos multidisciplinarios.