Muchas veces hablamos sobre la importancia de descansar en las vacaciones y, especialmente, dejar de lado las presiones y estrés que condicionan la vida moderna.
Hoy, cuando he vuelto al trabajo, muchos compañeros me han preguntado qué tal han ido mis vacaciones. Esta vez, sin dudarlo, he respondido que genial, por los siguientes motivos:
- Al poner el despertador, he tenido que recapacitar para recordar a qué hora me levanto para ir a trabajar.
- He olvidado la tarjeta de acceso a la emrpresa, puesto que no recordaba que era necesaria para acceder al edificio.
- Al entrar en el ascensor, he pensado durante varios segundos en qué planta trabajo.
- Al intentar identificarme en mi ordenador, no conseguía recordar mi contraseña.
- He abierto el correo y, ante la sorpresa de tener 328 nuevos correos, en la mayoría de los casos he tenido que esforzarme para recordar de qué iba el asunto.
Para mi estos son muy buenos indicadores de que las vacaciones han cumplido con creces su objetivo: hacerme desconectar del trabajo. ¿Te sucede lo mismo cuando disfrutas de las vacaciones?